Una ciudad que se levanta de la mano de sus habitantes, que se ha preparado a través de los años para enfrentar los retos que el territorio le impone y que mira hacia el futuro con esperanza y progreso, esa es Manizales, un territorio que brinda oportunidades, donde vivir es una experiencia de orgullo y tranquilidad.
La historia cuenta que los colonizadores de Manizales se asentaron en esta región atraídos por su clima y por la productividad de sus tierras, gracias a las cenizas volcánicas que subyacen en ellas. Vivir en climas cálidos en aquellas épocas era casi firmar una sentencia de muerte, principalmente por la presencia de malaria y dengue.
Esa búsqueda de climas fríos y tierras fértiles hizo que Manizales se construyera donde hoy está: una zona montañosa con laderas empinadas, cuyos colonos entendieron desde un principio que los retos a los que se enfrentarían durante su desarrollo serían tan grandes como la decisión misma de colonizar y que demandaría de ellos y sus descendientes, el mayor ingenio para desarrollar una ciudad pujante, ejemplo de resistencia y organización.
Esta ubicación geográfica, ha contribuido significativamente a que Manizales esté catalogado como una de las mejores capitales para vivir en Colombia, por su clima, sus paisajes y su cercanía a ciudades estratégicas como Medellín, Cali, Pereira y su salida a Bogotá. Esto la hace muy competitiva y atractiva para la inversión.
Somos conscientes de nuestros atributos, como también de nuestras condiciones de exposición a amenazas por deslizamientos o por inundaciones, las cuales han estado presentes desde la fundación; es nuestra condición que, como adversidad hemos sabido enfrentar y superar, nos ha permitido aprender, adaptarnos e innovar.
En Manizales, si bien hemos tenido lamentables sucesos, de ellos emergemos y hoy por hoy somos testigos de la intachable labor de prevención y mitigación de desastres que constantemente se hace en la ciudad, desde las instituciones públicas y desde los proyectos privados, de las cuales hay pruebas en todo el municipio. Nuestro territorio cuenta con una amplia trayectoria en la gestión del riesgo a través de obras que incluso nos han traído reconocimientos en el plano nacional e internacional como modelo de resiliencia, adaptación y desarrollo sostenible.
No podemos cambiar la historia del desarrollo de nuestra ciudad, sí Manizales se hubiera construido en otro lugar los retos serían diferentes pero igual estarían presentes; lo que debemos hacer es continuar haciendo nuestro mayor esfuerzo para mejorar el conocimiento de las amenazas que nos aquejan y avanzar en la prevención de las mismas a través de instrumentos como el Plan de Ordenamiento Territorial, labor que viene siendo liderada por los organismos estatales tomando decisiones que sabemos le apuntan a generar entornos seguros, en cuya implementación estamos involucrados todos los que de alguna u otra forma participamos del desarrollo de la ciudad (Alcaldía, CORPOCALDAS, Gobernación, Constructoras, Gobierno Nacional, Academia y la ciudadanía), en procura de lograr que se siga avanzando en la consolidación de Manizales como un territorio eficiente y funcional, competitivo desde el punto de vista económico, protector de los recursos naturales, y equitativo e inclusivo desde el punto de vista social, apuestas que en suma configuran el desarrollo urbano sostenible.
Estas apuestas orientadas hacia la sostenibilidad, aunadas al cambio climático, configuran nuevas condiciones para la dinámica de ocupación del territorio, que demandan conocimiento, ciencia y tecnología. Por esta razón, es necesario apuntar hacia un mismo objetivo lejos de las especulaciones y ruidos desinformativos que en estos tiempos de afán, protagonismo e inmediatez son tan comunes. La ciudad es una construcción colectiva, invito a que continuemos en ese empeño de hacer de Manizales un territorio habitable, sostenible y amable
Imagen: eje21.com